Por Amapola Pinocha Del Valle
¡Cuánto extraño algunas de las tradiciones navideñas de mi barrio Monte Bello y mi pueblo, la Ciudad Atenas! Niños y adultos acostumbraban disfrazarse de Año Viejo, Año Nuevo y de Reyes. Los Reyes pasaban por mi calle con sus vestimentas exóticas montados en caballos grandes con sus crines relucientes y adornos de colores brillantes. El personaje Año Viejo vestía harapos, sombrero y zapatos viejos, con careta arrugada y su espalda doblada. Por el contrario, Año Nuevo vestía ropa, zapatos y sombrero nuevos, muchas veces con chaqueta y corbata, con careta alegre y juvenil persiguiendo a Año Viejo. Llevaban instrumentos musicales y cantaban. Las escenas de mis recuerdos son de la década del 50 del Siglo pasado.
Cuando, después de casada, al comienzo de la década del 70, fui a residir a la Tierra Del Río Encantado, todavía se conservaba algo de las mencionadas tradiciones, las cuales duraron hasta la década del 80 y comienzos del 90. Así lo evidencia la foto que tomé a mi hijo tocando el cuatro puertorriqueño, al centro, acompañado de amigos disfrazados de Reyes Magos y de Año Viejo para el año 1982, cuando mi hijo tenía 13 años de edad. Observar esta foto revive sentimientos y recuerdos gratos de épocas pasadas que alegran mi Navidad.